Largometraje. México, 2006
Julio Salas muere tras una larga enfermedad, pero es domingo y su familia por dificultades económicas se ve forzado a contratar los de una modesta agencia funeraria, el dueño al hacerse cargo del cadáver lo vende a la universidad. El sobrino descubre el negocio y exige que el cuerpo del tío acabe en el horno crematorio, enamorándose de paso de la hija del incinerador.
Esta historia de cadáver que no consigue la paz, está tratada según los cánones de la genuina comedia negra, que el realizador sabe utilizar con habilidad, provocando situaciones muy jocosas con la ayuda de unos actores excelentes. Mucho humor, diálogos punzantes y surrealismo constante.
REPARTO
Joaquín: Silverio Palacios
Ana: Maya Zapata
Carlos: Humberto Bustos
Rodrigo / Julio: Fernando Becerril
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